Esparadrapo

$9.600
¡Genial! Tenés envío gratis
¡Agregá este producto y tenés envío gratis!
Envío gratis superando los $55.000
Entregas para el CP:

¡Agregá este producto y tenés envío gratis! Envío gratis superando los $55.000

  • Editorial La Hendija Ayacucho 649 - Paraná - Entre Ríos - Argentina - Atención de Lun. a Vier. de 9:00 a 12:00 - 16:00 a 20:00
    Gratis

(2008)

Usted ha pensado alguna vez, seguramente, que la angustia se podría extinguir si tan sólo le concedieran un descanso, un auténtico descanso. En momentos en que la ansiedad pone a prueba los límites de su cordura y el temor, o peor, el pánico le respira en la nuca con su aliento paralítico, ha analizado, por decirlo así, que la mejor forma de reposar sería “salir de circulación”, “colgar los botines”, “mirar de afuera”.Ninguno de los términos tiene relación con arrancarse ferozmente del mundo, es, simplemente, el resultado de sus cavilaciones en medio del cansancio con mayúsculas. Lo que usted quiere concretamente es “vivir, unos meses, adentro de una piedra” o, en otros términos, no lidiar con el deseo, con los suyos principalmente y también con los ajenos. Descender a un subsuelo y esperar, sin hacer olas, a que pase esa estación de emociones incontrolables.En las páginas que siguen, Aguilar experimenta en carne propia una existencia necesariamente alejada del fluido natural del deseo y el placer, estrictamente prohibidos por proscripción médica. Una extraña enfermedad afecta al personaje de esta historia y a partir de entonces cualquier fantasía acerca de la bienhechora y reposada que resultaría una vida alejada de la búsqueda constante de la satisfacción, se hace añicos.Un goce intenso surtiría el mismo efecto en él que un trago generoso de cianuro en un mortal cualquiera. El placer mata. Aguilar soporta un infierno lleno de rutinas y esparadrapo, una desesperación de pensamientos con candados y, sobre todo, una implosión permanente. Al borde del fin por decisión propia o el mal exótico que lo aqueja, se interroga por el veneno que lo amenaza y lo constituye: deseo-placer, placer-deseo. La novela vibra en esa cuerda y los personajes van apareciendo a través de los pasos huidizos de su protagonista y la lente de un narrador curioso.La simpleza inicial que se vislumbra en algunos personajes, con la naturalidad que distingue a la buena literatura, va adoptando formas complejas a medida que las páginas transcurren. Algo similar sucede con la historia: uno asciende, con placer y sin esfuerzo, por un sendero encumbrado desde donde el paisaje se vislumbra cada vez más som-brío, intenso y sorprendente.
Poco tiempo atrás escuché a un escritor decir que la palabra desesperación no desespera y que son muchas las páginas que se invierten para convidarle al lector una porción discreta de las sensaciones que el autor transfiere a su personaje. La angustia y la insatisfacción no se nombran aquí pero van de la mano con Aguilar, junto a la mujer felizmente casada que espía por la ventana, con la periodista que abandona por abandono, con el hombre engañado que escucha los murmullos de una burla eterna, con el cronista sucio y calumniado, con las palomas que persiguen y disputan la comida que una niña en patines revolea entre fastidiosa y divertida.
Lo que usted está a punto de comenzar a leer es una de las cinco novelas concebidas por el periodista y escritor Fabián Reato, quien también ha abordado el cuento y la poesía. Si estas historias no han conocido antes las ventajas de la imprenta, es sencillamente porque el autor no concedía a emprender el engorroso camino editorial a pesar de la insistencia de grupos de amigos y periodistas por donde ha circulado su obra.
En la Redacción, ese lugar sin apellido, escenario de esta historia, sus novelas no necesitan tapas duras y una prolija encuadernación, con el mismo entusiasmo han sido leídas y releídas en computadoras e impresiones económicas. Sus libros existen más allá del soporte, del mismo modo que sus personajes: Aguilar, nade duda, está hecho de carne y hueso.
Quienes hemos tenido la suerte de intercambiar confianza y amistad con el autor, estamos convencidos desde hace tiempo que resulta necesaria la publicación de sus trabajos. Uno quiere compartir lo que disfruta, lo que encuentra valioso, también por el placer de haber llegado antes al hallazgo.
Esta novela es la obra que emerge, la punta de un iceberg, debajo todavía hay mucho materia por exhibir y aún más por construir.
A Fabián Reato le sobran imaginación, recursos y curiosidad. Escrito con una prosa diáfana y ágil, este libro es una muestra clara de esas características y sobre todo, una historia de las buenas.
Fabián Reato nació en Gobernador Mansilla, Provincia de Entre Ríos, Argentina. Es periodista y se ha desempeñado en diversos medios gráficos de su provincia natal. Actualmente, trabaja en El Diario, de Paraná, y es director de la revista digital de culturas Laurentino: www.culturaenparana.com.ar
Ha escrito cuentos y algunas novelas. Además, escribió guiones para programas televisivos de ficción sobre casos policiales de la Provincia de Entre Ríos  y también una miniserie basada en el secuestro y desaparición de Fernanda Aguirre.

Compartir: