Efectos de la razón moderna

$12.34 USD
Entregas para el CP:

¡Genial! Tenés envío gratis Envío gratis superando los Medios de envío

  • Editorial La Hendija Ayacucho 649 - Paraná - Entre Ríos - Argentina - Atención de Lun. a Vier. de 9:00 a 12:00 - 16:00 a 20:00
    Gratis

(2010)

El punto de partida de la filosofía política moderna fue el individuo como átomo aislado, sin lazos comunitarios ni saberes construidos colectivamente, y pensado de manera universal y ahistórica. Pero este hombre moderno que se creyó superior a partir de unir la idea de razón a la de fundamento, sosteniendo sus verdades y valores como absolutos y excluyendo la diferencia y la multiplicidad, instituyó una razón hegemónica que se convirtió en instrumento de dominación y barbarie, llevando la violencia a dimensiones inéditas. En el siglo XX las posibilidades tecnológicas de la administración de la muerte habilitadas por la ciencia moderna, potenciaron los genocidios (entendido el genocidio como práctica “constitutiva y constituyente de la modernidad”), las hambrunas provocadas por la miseria, las guerras, los fundamentalismos ideológicos-religiosos y el terrorismo, poniendo de manifiesto la crueldad y perversión que puede aflorar de la condición humana. Reflexionar hoy acerca del mundo contemporáneo nos interpela e incita a proponer la construcción de otros modos de habitar el mundo desde nuevos lazos sociales colectivos, otros modelos institucionales y nuevas relaciones interculturales. En ese sentido la idea de sociedades interculturales como principio regulador trasciende los límites del multiculturalismo (ya que éste pretende lograr una cultura común mediante la mera yuxtaposición de los particularismos) y de cierta concepción acerca de la tolerancia, dado que la categoría de interculturalidad da cuenta de la transformación de las culturas mediante procesos permanentes de interacción y mestizaje, convirtiendo las actuales fronteras en puentes de interrelación. Esta perspectiva intenta romper con la concepción homogeneizante de lo humano a fin de superar los totalitarismos en los que devino la racionalidad moderna y construir nuevas subjetividades democráticas en microespacios de resistencia.

Compartir: